...Iba
saliendo del campamento base hacia la "cumbre" con muchas ideas en la
cabeza, con un corazón agitado y algo herido, pero en gran medida, lleno de
esperanza, algo que creo la caracterizaba en su totalidad...
Con
una mochila llena de sentimientos, dudas, incertidumbres, amor, heridas,
sufrimiento, alegrías, penas, sueños, compromisos y algo de confusión comenzó
el camino.
A
medida que ella emprendía su viaje, había algo en su pecho que no la dejaba pensar
con claridad... "Será mucha gente? Muchos estímulos? Muchas cosas por qué
sorprenderse?" pensaba ella... De pronto a alguien se le ocurrió la fantástica
idea de caminar separados por 5 metros y apreciar con mayor serenidad el
paisaje.
Brillaron
sus ojos al ver que podía tener tiempo para canalizar y mezclar con la
naturaleza todo lo que traía en esa pesada mochila. Fue así como partió mirando
el piso y se encontró con un camino de piedras lleno de desniveles, unas eran
firmes donde podía; pisar, impulsarse y seguir avanzando y otras, donde tan
solo las tocaba con la punta del pie y éstas se desprendían haciéndola caer. Al
primer tropiezo ella pensó: "Hey! esto es como la vida... si no me paro y
sigo nunca podré descubrir que hay más adelante". Fue así como su camino se
alegró y empezó a darle significado a todo lo que encontraba.
Entusiasmada
primero pensó "Las Piedras",
el camino estaba lleno de ellas, de distintos tamaños, colores, texturas,
algunas eran firmes y otras más resbaladizas, eso le recordó a las personas que
han pasado por su vida, sus amigos y familia que habían sido esas rocas más
firmes donde ella se había impulsado, apoyado o incluso descansado en los
momentos más terribles y dolorosos o bien en los momentos más felices de su
vida donde esas piedras la habían ayudado e impulsado a estar ahí. Por otro
lado ella le encontraba una similitud a personas con las que había compartido y eran esas piedras que a su visión parecían
firmes pero que al primer apoyo, no lograban soportar su peso y la hacían caer
fuertemente. Por último las piedritas que adornaban el camino, esas que estaban
visiblemente sueltas y que en sus primeros pasos por el sendero la hicieron
resbalar, esas que gracias a la experiencia que tuvo al principio nunca más
pisó.
La
diversidad de colores y formas la tenían totalmente asombrada, ya cada piedra
era diferente la una de la otra y eso hacía le más sentido a la originalidad de
las personas.
Luego
se fijó en los "Desniveles de la
Tierra", montículos, hoyos, lomitos, paredes que guiaban su camino y
pensó ... "éstas son las oportunidades y pruebas que me pone la vida para
que yo aprenda" algunos desniveles la hicieron sufrir más de alguna
sorpresa; una cuasi caída, torcedura o un cálido impulso. A lo largo de la ruta
ella aprendió que debía esquivar los hoyos, pisar fuerte y firme en los
montículos y así avanzar con seguridad.
Ella
ya se había acostumbrado a andar libremente por el sendero de la vida, sus
pisadas se acomodaban en todo tipo de superficies, se apoyaba en la rocas
firmes y esquivaba los lugares donde ella ya sabía que podía caer. Fue así como de repente todos sus sentidos ya no estaban en las piedras y los desniveles de
la tierra ya que una vez más, el camino le había dado una sorpresa.
"Una Flor" susurró
delicadamente. Enternecida y asombrada por tal descubrimiento, se detuvo a
observarla, admirarla y apreciarla... al levantar un poco más la vista se dio
cuenta que habían más flores, plantas, ramas y hojitas en el suelo. Su alegría
creció aún más, ya que el camino que parecía tan árido y complicado cada vez
fue tomando vida... inmediatamente y sin pensarlo ella recogió esa preciosa
flor que le llamó tan profundamente la atención. A medida que avanzaba por el colorido sendero sus bolsillos comenzaron a llenarse con hojas de
colores raros y hermosos, piedras con formas y texturas asombrosas, incluso una
varita de madera la acompañó por un rato. Fue así como ella pensó que la vida
te pone delicadamente a personas y oportunidades que te hacen hacer un alto en
el camino, para que des el tiempo de recogerlas y llevarlas contigo, a
demás para que te deleites con su belleza, las admires y especialmente saques lo
mejor de ellas y por supuesto las cuides y no las dejes ir.
Siguiendo
la ruta, los estímulos comenzaron a llevar la vista de la niña a los árboles
que estaban a su alrededor con sus enormes troncos y el musgo que se posaba
sobre ellos. Mirando a lo alto estaban las copas de los árboles con unos verdes
de distintas tonalidades. Mirando entre medio de las hojas, la niña se asombró al ver un
pedacito de Cielo de un celeste muy
brillante y recordó que al principio del
camino estaba todo cubierto por nubes. Perdida en tanta belleza y con su mirada
clavada en el cielo, la joven volvió a caer....
Al
estar tirada en el suelo pensó "Tantas veces que nos perdemos en lo alto,
que olvidamos lo que pasa a nuestro alrededor" con convicción y
seguridad se levantó y retomó el paso
hasta llegar a su destino final.
Al
llegar a su casa vislumbró que no solo había pasado un lindo día con sus amigos
en la montaña, sino que también, cayó en cuenta que la Naturaleza le había
enseñado una gran lección y que la mochila tan pesada que llevaba en sus
hombros estaba casi vacía, exceptuando por un par de piedras, 3 hojas, y 1 flor
el bolsillo exterior.
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